Una vez nos fuimos Amadis (mi yerno) y yo a la Feria de Corralito, en 1968. Y salimos de regreso para Cabimas como a las 3 de la madrugada, con más palos encima que una caja de fósforos, y mucho sueño.
Veniamos en la camioneta y yo venia pendiente de que Amadis no se durmiera.
Hay que saber que ese lugar es como un desierto con puras tunas y cardones, de vez en cuando un cují. No habia carretera. Sólo las huellas de otros vehículos. Por alli te guiabas.
Amadis cabeceaba mucho. Cada rato yo le decia: "Amadis!!, te vas a salir de la trilla!!", y el pelabas los ojos y retomaba el camino.
En eso pasamos cerca de un rio que tenia un pozo profundo, y le digo a mi yerno:
"Amadis, pará. Vamos a echarnos agua para despertarnos. Vos venis mal." y paramos a la orilla del pozo.
Dejamos las luces de la camioneta encendidas ya que estaba muy oscuro. Nos acercamos al agua y Amadis se agacha para lavarse.
En eso se resbala y se cae al agua. Yo lo dejo, para que el agua fria lo despierte, pero veo que no sale.
"Amadis !", comienzo a gritar. "Amadis!!!". Me deje de tonterias y me lance al agua.
Y ustedes se preguntaran: "Y como lo encontro, en ese pozo profundo y oscuro?"
Muy fácil. Por los ronquidos. Estaba durmiendo en el fondo. De alli lo saque y me lo traje.
Maneje yo el resto de la noche.
"Papabuelo"
jueves, 25 de mayo de 2006
El sueño de Amadis
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Cuentos