En el año 1953, mi mamá, compra en Cabimas un pichón de Loro a un joven que se lo ofreció. Le puso de nombre "Roberto".
El que me diga que un pichón de loro es hermoso, bueno.... cabezón, con un pico grande y sin plumas.
Inicialmente ella se lo regaló a su tia (Rita), quien no tenia hogar fijo, sino que iba de hermano en hermano. Lo llevo a Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta, Caracas, Caucagua y finalmente en 1956 volvió a Cabimas. Le devolvió el Loro a mi mama, porque ya era pesado viajar con una jaula en el bus. De alli el loro se quedo con mi mamá y mi tía siguió viajando.
Este año 2009, el Loro cumple 56 años y sigue en casa de mi madre. 10 años más viejo que yo. Claro que con los años ya se le cayo el paltó. Ya está como hace 56 años, sin plumas.
El cuento es que hace como 10 años, nos enteramos que era Lora. Jamás me pasó eso por la cabeza. Siempre pense que el loro era gay.
Rafael Rangel
viernes, 25 de enero de 2008
Anécdota: Dame la pata Robertico.......
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